En este artículo Pedro Álvarez y su hijo Pedro Andrés te cuentan todo sobre La Aceitera de la Abuela
La historia de la Aceitera de la Abuela
La migración
La Aceitera de la Abuela recibe el nombre de doña Patrocinio Ruiz, la primera propietaria de la hacienda sobre la que descansa nuestra almazara. El principio de esta historia se remonta a hace más de cien años.
A falta de una vida cómoda en el pequeño pueblo de Titulcia, los abuelos Alfonso y Patrocinio viajaron a las tierras de Cuba en busca de oportunidades, llevando consigo el espíritu de trabajo y sacrificio que hace especial a esta familia. En esta nueva aventura los abuelos levantaron un pequeño comercio de fruta, y consiguieron hacer fortuna.
El regreso
Cuando la fortuna corría de su lado, vieron el momento de regresar a su pueblo, su casa. Llegaron de nuevo a Titulcia, de nuevo a las orillas del Tajuña y Jarama. Compraron una gran finca en el pueblo, que incluía un antiguo molino de harinas conocido entre los lugareños como “la Fábrica de Abajo”.
Los abuelos ya ponían de manifiesto su espíritu innovador, poniendo en marcha junto con el molino de harinas una central hidroeléctrica. Esta era alimentada por el caz del río Tajuña, que riega las tierras titulcianas. Abasteciendo de electricidad a todo el pueblo durante años con este proyecto sostenible. Fue esto unos años antes de estallar la Guerra Civil Española.
La Guerra Civil – haciendo de tripas corazón
La Guerra Civil fue devastadora para todo el pueblo y la comunidad de Titulcia.
Sin embargo, esta familia aguantó y superó las adversidades que vinieron durante y una vez finalizada la guerra, de nuevo con inimaginable esfuerzo y sacrificio. Como su molino, que fue el único edificio en pie después del fatal acontecimiento.
Trabajaron los campos de su finca, ensalzándolos con maestría en el arte secreto de la agricultura; enriqueciendo al pueblo y a sus gentes; y enriqueciendo su tradición y su legado. Siempre siendo pioneros, poniendo en práctica sus grandes ideas e innovaciones.
Las nuevas generaciones
Ya entrados los años setenta, el hijo mayor de Patrocinio y Alfonso, Andrés Rico, toma el relevo de sus Padres en la gestión de la hacienda. Manteniendo vivo y enriqueciendo el legado familiar.
Tras la muerte de Andrés, su hija Ana María, la nieta de Patrocinio, hereda la fábrica y el testigo de sus abuelos y de su Padre. Ella y su marido Pedro Álvarez decidieron embarcarse en una nueva aventura: La ampliación de superficie de olivar de la explotación agraria familiar.
Atendiendo a ese espíritu innovador y respetuoso con el medio apuestan por la agricultura ecológica, a mediados de los noventa. A pesar de ser pioneros en esta práctica agrícola en Madrid, nunca veían en su trabajo el fruto de una valoración justa. En un mercado que le daba la espalda a este método de cultivo.
El nacimiento de La Aceitera de la Abuela
Viéndose en esta situación, tuvo lugar el nacimiento de La Aceitera de la Abuela, en homenaje a la mítica Abuela Patro. Creando la primera almazara en Madrid que elaboraba únicamente aceite de oliva ecológico. Esta joven empresa construida por Ana y Pedro sobre los consistentes cimientos de amor por el trabajo, sostenibilidad y equilibrio con la naturaleza. Y siempre tradición e innovación por bandera.
Estos son los rasgos esenciales de la firma, que se esconden tras su nombre “La Aceitera de la Abuela”. Esta joven empresa que recuerda su pasado con orgullo y mira hacia el futuro con ilusión, y que sigue creciendo a día de hoy de la mano de Pedro y de su joven retoño Pedro Andrés.
Agrandando aún más el fruto nacido de la semilla de la tierra y nutrido por años de experiencia y sabiduría, por cada gota de sudor derramada en estos suelos, por la esencia de lo natural. Para poder compartirlo con la gente de hoy, y del mañana.
Cómo trabajamos en La Aceitera de la Abuela
La recepción de la aceituna
En el molino tratamos a nuestras aceitunas con el mimo y el cuidado de la propia naturaleza. Buscamos con ello obtener unos aceites con alma, cuerpo y sabor verdaderamente genuinos.
Seleccionando desde un inicio la materia prima, elaboramos nuestro oro líquido con la mejor aceituna de la Comunidad de Madrid, cogida además en su momento óptimo de maduración.
Con trabajo delicado y tenaz la tomamos del olivo y la llevamos al molino donde seguirá un curso naturalmente bueno, necesario y sostenible: el curso del AOVE Ecológico. Va más allá del proceso ordinario de elaboración, de la salud implícita en el aceite de oliva …
La elaboración del aceite
Nuestra forma de hacer se basa en una tradición centenaria de agricultores, combinando la experiencia, la sabiduría y la tecnología punta. Es un arte enterrado en el corazón de nuestros olivos y de nuestros maestros, que fluye y da sabor a nuestro aceite. Citando a los grandes gurús de la elayotecnia: El mejor aceite es el que contiene la aceituna. El secreto de la elaboración reside en no estropearlo.
Basándonos en este principio, a la hora y elaboración del aceite, sacrificamos el rendimiento de la aceituna en favor de la calidad de nuestro aceite. De esta forma, obtenemos rendimientos bajos, pero con el objetivo de no dañar el verde zumo. Así, reafirmamos y le damos significado al término de “oro líquido” que designa al aceite. No solo le damos un alto valor, sino que también le aportamos un sabor brillante, exótico y muy atractivo.
«Del olivo a la mesa» versa nuestro eslogan. Para hacer posible todas estas características de nuestro producto, debemos empezar por el cuidado a nuestros olivos, y seguir con el cuidado de nuestra aceituna en la almazara. Desde que entra limpia al molino, hasta que cae el AOVEE a los depósitos. Vigilando la limpieza de todo el circuito de máquinas del molino a diario. Solo a base de agua caliente, sin ningún tipo de gel u otro producto químico de limpieza para evitar olores no deseados. Así conseguimos que el sabor esencial de nuestro zumo no se vea alterado por aromas externos.
La temperatura es clave en el proceso
En La Aceitera de la Abuela cuidamos exhaustivamente también los parámetros de temperatura en fábrica. Siempre elaborando a temperatura ambiente, y rara vez sobrepasando los 20ºC (8ºC por debajo de lo permitido por la normativa para la extracción en frío). Conservando además el aceite final en depósitos inertizados, aislados del aire, preservamos nuestro producto en condiciones óptimas. Respetando al máximo su naturaleza, obtenemos este oro líquido. Con el genuino sabor, calidad y salud del que descansara dentro de la aceituna, colgada del olivo.
Completando el ciclo sostenible
En nuestra almazara completamos además un ciclo sostenible con cero residuos y cero vertidos. Por un lado, el hueso de la aceituna se emplea como biocombustible para calentar el agua que se empleará en la limpieza de las máquinas del molino.
Por otro lado, el alperujo o parte sobrante de la aceituna, por muchos otros considerado como residuo, lo empleamos junto con la hoja de la aceituna para la elaboración de un compost. Posteriormente este compost servirá como materia orgánica y abono para nuestros olivares, volviendo así a la tierra para reincorporarse en el ciclo. Sostenibilidad siguiendo la tradición y la experiencia de los grandes conocedores de los secretos del campo.